Una historia en pixels.

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A veces parece que entre tanta mierda que rodea el mundo últimamente es imposible emocionarse con historias de esas que te hacen cambiar el chip. Me gustaría presentaros al “Abuelo”.

Así lo llaman. Su nombre es Hal Lasko, vive en Toledo, Ohio, y, mientras que la mayoría de los diseñadores gráficos la consideramos una herramienta tonta, él utiliza Microsoft Paint para crear sus obras. A sus 98 años de edad.

Tipógrafo de profesión, de aquellos tiempos en los que las cosas se hacían a mano. Un diseñador de la antigua usanza. Un artista que vio su inspiración limitada y estancada en el gran agujero de la rutina laboral. Sirvió como soldado en la II. Guerra Mundial y no fue hasta su retirada cuando pudo dar rienda suelta a lo que se movía dentro de él desde hacía muchos años. Comenzó a pintar en su casa.

Pero la vida de Hal Lasko cambió cuando su familia le regaló un ordenador con Windows 95. Descubrió el Paint y se convirtió en un maestro del puntillismo y el arte de los 8 bits.

Pasa horas y horas delante de la pantalla, concentrado en el mínimo detalle, punto por punto. Una paciencia que solo un apasionado podría tener. Desde obras abstractas hasta trabajos fotorealísticos. Ni siquiera la enfermedad visual degenerativa que padece ha impedido que el Abuelo se agarre a la felicidad y nos de un tortazo en forma de lección vital que, en los tiempos que corren, es de agradecer.

Podéis ver más obras en su página web.