Siempre hay un principio para todo. Y a los que nos gusta la publicidad y el diseño gráfico y queremos vivir de ello, -y más en los tiempos que corren-, nos resulta complicado empezar a mostrarnos ante el mundo. De hecho, muchos os encontraréis en esa fase de la vida en la que, con el título en la mano y un par de trabajillos a empresas de conocidos, queréis ser vistos, valorados, aceptados y contratados.
Yo estoy exactamente en ese momento crucial.
Ya me lo dijo hace no mucho un amigo que trabaja en la tele: “Da lo mismo que seas el mejor del mundo en algo; si no se te ve, si no estas, es como si nunca hubieras diseñado nada”. Así que, el primer paso para los begginers es crear una buena carta de presentación. Tratemos de convencerlos de que, a pesar de ser novatos, tenemos talento y ganas a raudales.
Preliminares
Antes de nada, ¿Quién eres tú? ¿Cómo te definirías? ¿Cómo te gustaría presentarte ante el mundo?. Esta es la clave, la base, lo primordial. Tenemos que pasar de ser un individuo a transformarnos en una empresa con patas, con su imagen corporativa, su política de relaciones públicas y su público objetivo. El primer paso es crear un logotipo, una identidad, una marca. Eres una marca. Y debemos tenerla en cuenta a la hora de aplicarla en todo lo que hagamos bajo nuestro sello. Medita, dedícale tiempo a esta fase. Es esencial.
Herramientas
Bien, nos hemos puesto guapos y tenemos una marca que transmite todo lo que somos. Vamos a ver que podemos hacer con ella.
Lo primero de todo: ¿Qué sabemos hacer? ¿Qué armas ofrecemos para solucionar las necesidades comunicativas del futuro cliente? Un Curriculum Vitae en condiciones nos puede echar un cable, pero oye, ¡Que somos diseñadores! Lo que nosotros hacemos no se lee, se percibe. Así que, crearemos un portafolio acorde con la imagen que hemos creado y haremos que la gente acceda a él mediante distintas carreteras. Crearemos una especie de tela de araña en donde todos los hilos llevarán a nuestra galería de trabajos.
Portafolio
Algunos optan por subir sus mejores obras a plataformas como Deviantart o Behance, o crearse un blog intentando que dé el pego de página web. A pesar de que son alternativas estupendas, lo ideal sería -si los conocimientos lo permiten- partir desde cero y crearse una web a medida. Es la mejor forma de mantener la sinergia entre tu identidad y el diseño del portafolio.
Regla de oro número uno: Un buen portafolio debe lograr convertir a los visitantes en clientes. Y regla de oro número dos: tus trabajos son los protagonistas.
En otras palabras, ofrece al cliente los mejores proyectos, los que más te enorgullecen. No te preocupes si aún no te ha dado tiempo a hacer maravillas. Ya irás actualizando. En el portafolio, como en la vida, no importa la cantidad sino la calidad. Y hazlo de manera que el visitante acceda con facilidad a ellos, y se mueva sin perderse. Los truquitos y la creatividad están muy bien pero la usabilidad, sencillez y la claridad ganan la batalla. Si ese cliente o posible jefe es incapaz de navegar por nuestro sitio será difícil que lo engatusemos.
Y al grano. No vamos a aburrir con parrafadas soporíferas. Explicaremos quiénes somos, qué hacemos y describiremos cada trabajo de manera breve y concisa. Y suficiente. Si el visitante no tiene un interés especial en ti no se parará a leer la biblia en verso.
Por último, regla de oro número tres: Facilita el contacto en todo momento. Si has decidido crear tu propia web, añade un formulario de contacto; y sino, ofrece una dirección de email o un teléfono en el que puedan localizarte. ¡Y añade un enlace a tu curriculum!
Tejiendo la tela de araña
¡Felicidades! Ya tienes tu portafolio online. Maravilloso. Ahora, vamos a hacer que la gente acceda a él.
Hay diversas formas de conseguir tráfico, pero yo me voy a basar en el pack de herramientas que están al alcance de cualquiera y que ayudan a destacar.
1.-Hazte un blog. No es ninguna chorrada. Al fin y al cabo, tratas de demostrar que amas la publicidad y el diseño, así que haz que conste en algún lado. Crea contenidos sobre el tema y procura hacerlo bien. Escribir un poquito cada día ayuda a mejorar nuestra expresión, y no está demás que mantengas actualizada tu wikipedia interior. Dirígete a los que te siguen, y cuéntales cosas que les interese. ¡Ojo! Nada de autobombo. Deja tus trabajos para el portafolio. Eso sí, el blog deberá captar la atención de los lectores y despertar en ellos las ganas de saber más de ti Así que no olvides ofrecer un enlace visible a tu web o plataforma.
Los expertos han establecido en tres el número de posts que se deben escribir a la semana. Yo creo que con un par es más que suficiente, siempre y cuando la calidad de las entradas sea buena y se actualice con regularidad.
2.-Se social. Facebook, Twitter, Linkedin, Pinterest, Behance… Ya lo decía en el post anterior: tenemos que estar. Pero claro, hay que hacerlo bien. Las redes sociales, al igual que el blog, deben ser vías que dirijan al portafolio, cebos que atrapen al lector y les lleve a ti.
No sólo ayuda a ver quién te lee y te sigue, sino que son una forma de contacto que gana más y más peso con el tiempo. Hay que cuidar el lenguaje, no se habla igual en el blog, que en Twitter o Facebook. De hecho, 160 caracteres limitan nuestro discurso. Así que, ¡Llama la atención! Apáñatelas para que tu tweet destaque en el timeline del lector. Y escribe más a menudo: Así como el blog debe incluir exclusivamente material propio, en las redes sociales tienes vía libre. Retwitea, comparte cosas interesantes; hazlo unas tres veces al día.
3.-Por último, escala puestos en Google. Puede que no sepáis nada de SEO, pero es conveniente tener unas nociones básicas. Al fin y al cabo, si alguien busca un diseñador gráfico, lo hará mediante buscadores, y qué mejor que aparecer en primera plana. Para esto, es importante que incluyas una descripción y un surtido de palabras clave adecuadas en los metadatos de tu web. Os dejo este enlace que explica muy bien el funcionamiento del posicionamiento online.
Por otra parte, tanto el blog, como las redes sociales ayudan a generar visitas a tu portafolio, y Google lo tiene muy en cuenta a la hora de colocarte en su ranking.
Así que, crea una buena carta de presentación, se fiel a ella, y atrae con contenidos de calidad y una buena red de rampas a tu portafolio.
Buena suerte, joven diseñador.
Colgalo en la pared… y nunca te olvides q PORTFOLIO mata DIPLOMA!
Yo actualmente estudio Diseño Gráfico y tengo además 7 1/2 años de experiencia laboral en esta área.