Si de algo se quejaban los espectadores del exitoso programa musical “La Voz”, era del aluvión de publicidad al que nos sometían a cada pocos minutos de emisión. Yo me sumo a ellos, pero con una excepción: a mí el momento del patrocinio de los teléfonos Sony me ponía. Y no porque Jesús Vazquez me atraiga demasiado, sino por esa curiosa característica de dicho teléfono que permitía la transmisión de datos entre dos dispositivos con solo tocarse. Qué cosa más maravillosa. Y qué novedoso todo.
Pues he investigado. Y de novedoso nada. Se trata del NFC o Near Field Communication, en cristiano, una tecnología que permite la comunicación entre diferentes dispositivos a un alcance corto, con el simple toque o acercamiento entre ambos. Se inventó allá por el 2003 y en 2008 ya se usaba en algunos ámbitos. Es muy parecido al Bluetooth o al Wi-Fi, con la diferencia de que los dos gadgets –emisor y receptor- han de estar muy cerca el uno del otro.
Si todavía lo veis como algo abstracto, pensar en las tarjetas de autobuses. Usan un sistema similar. La cosa es que esta tecnología nos abre un mundo de posibilidades a los que nos interesa el marketing, la publicidad y el diseño gráfico.
Prácticamente la mayoría de los teléfonos móviles que salen al mercado incorporan el NFC. Con sólo tener el móvil operativo puedes pagar facturas, descargar archivos, enviar imágenes o vídeos, conectarlo a auriculares o altavoces, utilizarlo como tarjeta de embarque en los aeropuertos, abrir puertas de coche, hacer el check-in con FourSquare y un «me gusta» instantáneo Facebook… Incluso el Museo de Londres lo utiliza para dar información sobre las obras de arte. Es rápido, sencillo, y no necesitas tener instalada una cámara ni ninguna aplicación adicional (por lo tanto, tampoco tienes que buscarla, ejecutarla, etc.).
A día de hoy, el NFC se va incorporando al terreno comunicativo en algunas campañas de publicidad estadounidenses y asiáticas. Es perfecta para estar en todas partes, sorprender, fidelizar, informar, crear notoriedad… Parece que no tardará en hacerse popular y desbancar al código QR.
Ay el QR. Ese código de barras cuadrado que se lee con la cámara del móvil y que ya lo usan hasta las bolsas de Bimbo. Aunque parezca que ya se está haciendo mayor, aún no ha llegado a su máximo potencial. De hecho, el QR tiene unas ventajas más que importantes respecto al NFC: es gratuito obtener uno, se puede editar, escalar y diseñar a medida, y sobretodo, sirve para cualquier soporte, físico o digital. Pero carece de una característica que el NFC posee y que probablemente sea definitiva para su alzamiento: la comodidad.
La comodidad y la también la interactividad. En cuanto todos los móviles posean esta tecnología, las posibilidades serán infinitas. Pero de momento, la primera suple las carencias de la segunda, y al revés. Se complementan. Son primas-hermanas, al fin y al cabo. Así que no nos despediremos del QR todavía. Pero tampoco nos encariñemos demasiado, por si acaso.
Os dejo dos interesantes ejemplos del uso del NFC, que viéndolo se entiende mejor la cosa.
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=MrOMrgokmwQ]
Campaña NFC de Samsung
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=gDJn8bp1MJY]