«El futuro de la publicidad está en las redes sociales», decía mi profesor de marketing de la universidad. Hay que estar, hay que actualizar, generar contenido, acercarse, ser directo, personal, fomentar un trato individual. El futuro de la persuasión se consolida en el «tú a tú», afirman los grandes.
Y yo, desde mi humilde posición de alevín, dirijo la vista a la sociedad. A esta sociedad social actual, sobre todo en el sector más jóven. Un porcentaje enorme -que además crece y crece sin parar- comparte su vida en Facebook, Twitter, Tuenti y demás plataformas sociales. «Hay que estar, ahora la comunicación funciona así» resuena en mi mente de publicista.
Esta charla a santo de qué, direis.
Pues resulta que me ha llegado, irónicamente, un video a través de Facebook. El título gritaba con claridad «VERLO ANTES DE QUE FACEBOOK LO CENSURE». Le dado al play al instante. Lo prohibido, que tira mucho.
En él, se muestra una especie de acción callejera de lo más peculiar, con magia, misterio, y un toque paranormal. Mirarlo vosotros mismos.
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=ntHsv4EmuTo]
Sobran las palabras.
Ahora, probar a meter vuestro nombre y apellidos en Google. De repente, aparecen fotos prohibidas de más de 5 años de antiguedad, que tu creías que habían desaparecido en cuanto cerraste la cuenta en aquella plataforma, aquel día de hace ni se sabe cuanto. Salen, perfiles que se crean automáticamente cuando accedes a Twitter, números de teléfono, direcciones de casa, compras realizadas en Ebay, pisos en alquiler que miraste antes de irte de viaje, emails a Alemania de cuando el viaje con tu ex…
Me he acojonado vivo.
Aún teniendo la cuenta de Facebook totalmente privada y la cuenta personal de Twitter con el candadito, todo el contenido que genero es público, fácil de encontrar, y completamente accesible. Estoy expuesto. De hecho, estáis todos expuestos. En pelota picada ante el mundo. Y el video es un ejemplo estupendo.
Quizás suene incoherente que desde mi posición de comunicador diga esto, pero os invito a que cojáis un día, y os dediquéis a hacer una limpieza social, si es que os preocupa esto de ser de todos. Yo desdeluego lo voy a hacer. Ser social está muy bien, pero que no se convierta en un bache peligroso.